Una fosa séptica es un recipiente en el cual van a parar las aguas residuales de una vivienda o una comunidad, normalmente por carencia de saneamiento público adecuado.
En el interior de este recipiente se produce un proceso químico por el que los elementos sólidos acaban transformándose en líquidos, ayudados por unas bacterias que se encuentran en el interior de la fosa séptica.
Es recomendable revisar todos los años las arquetas y las conexiones de la fosa séptica, esmerándose especialmente en su inspección y limpieza.
Respecto al vaciado se procederá al mismo cuando la fosa se encuentre llena, extrayendo el 80% de los contenidos; de esta forma conseguimos mantener las bacterias en el 20% restante y así comenzar de nuevo el ciclo.